lunes, 25 de agosto de 2014

Semana del 25 al 29 de agosto

Hacker Andrés Sepúlveda acusa a militares de espiar correo de Santos
Se trata de uniformados afines al exmandatario Álvaro Uribe.
Por: Elespectador.com

Militares afines al exmandatario Álvaro Uribe espiraron correos electrónicos del presidente Juan Manuel Santos, según dijo el detenido pirata informático Andrés Fernando Sepúlveda en una entrevista con la revista Semana que circula este fin de semana.
A la pregunta de ¿quién chuzó (espió) el correo del presidente?, Sepúlveda, que trabajó en la campaña del entonces candidato presidencial uribista Óscar Iván Zuluaga, respondió que fue "Andrómeda".
"Andrómeda" era el nombre de una fachada de inteligencia utilizada por militares para hacer espionaje lícito desde un local ubicado en un barrio de Bogotá, el cual fue cerrado cuando se descubrió que también realizaba acciones por fuera de la ley.
Santos reconoció a comienzos de año que algunos correos de su cuenta personal habían sido interceptados de manera ilegal.
Sepúlveda, preso por los delitos de espionaje e interceptación de datos, en un caso vinculado con la campaña presidencial de Zuluaga, explicó que el objetivo de "Andrómeda" era saber qué hacía el presidente Santos.
"El objetivo de Andrómeda se terminó convirtiendo uno de los brazos de información del uribismo. Y el objetivo era saber qué hacía el presidente, cómo lo hacía, cuándo lo hacía, desde su parte electrónica", dijo Sepúlveda en la entrevista con Semana.
La revista Semana fue la que en febrero pasado denunció que militares colombianos espiaban a los negociadores del Gobierno en los diálogos de paz con las Farc que se llevan a cabo desde 2012 en La Habana.
En su momento, la Fiscalía, que adelantó un registró a las salas desde donde se hacían interceptaciones ilegales (Andrómeda) consideró que era "probable" que desde allí también se hubieran interceptado correos del presidente Santos.
Luego de que se descubriera la fachada para ocultar operaciones de espionaje, Santos dijo que era "lícito" usar tapaderas en las operaciones de inteligencia.
"Las fachadas de inteligencia, como la que se allanó (registró), son totalmente lícitas. Son operaciones de inteligencia que están contempladas dentro de la ley, y eso no tiene nada de irregular", manifestó Santos en un acto en Bogotá.
En la entrevista con Semana, Sepúlveda también señala que la orden que tenía desde la campaña del Centro Democrático era atacar todo lo que no fuera compatible con las ideas del uribismo.
Eso incluía atacar, a través de las redes sociales, a políticos, al fiscal Eduardo Montealegre, al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, y a otras personalidades de la vida colombiana.

Hacker' Andrés Sepúlveda
Caso 'hacker' es una cortina de humo: Óscar Iván Zuluaga
El excandidato presidencial se defendió de los señalamientos contra su campaña por contratar los servicios de Andrés Sepúlveda.
Por: Redacción Política
Óscar Iván Zuluaga, director y excandidato presidencial por el Centro Democrático, dijo este lunes que será la Fiscalía la que determine la responsabilidad de las personas sindicadas de tener relaciones con el ‘hacker’ Andrés Sepúlveda. (Lea. Fiscalía llegó a un preacuerdo con el hacker Sepúlveda).
“La Fiscalía viene adelantando un proceso y la responsabilidad de todos los ciudadanos es atender las citaciones y las aclaraciones que en esa materia requiera la justicia”, señaló al concluir un encuentro con el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo.
A la pregunta sobre sí hay una persecución de la Fiscalía al Centro Democrático, el exministro dijo que este escándalo parece una “cortina de humo” para tratar de tapar otras situaciones.
“Siempre que ocurren este tipo de hechos se quiere sindicar al Centro Democrático y al uribismo de todo este tipo de acciones. Por eso llamamos la atención al país de que con esto se quiere extender una cortina de humo sobre otros hechos que son muy graves”, puntualizó el excandidato. 
Además, según Zuluaga, "es falso que nuestra campaña haya recibido información de inteligencia o de cualquier origen de manera ilegal".
"Nuestra campaña ni preguntó ni solicitó ni recibió información alguna en esa materia.Nuestras consultas únicamente hacían referencia a temas de las Farc de conocimiento público, disponibles tal y como lo prueban las diferentes reacciones que a lo largo de la campaña hice", agregó.
Zuluaga consideró "inadmisible" decir que la campaña tuvo relación con el tema de Andrómeda. "Recordemos que Andrómeda es una fachada de la inteligencia militar conocida por el Ministro de Defensa y por el presidente Santos, y en esas circunstancias no se puede aceptar desde ningún punto de vista que mi campaña haya tenido relación alguna con Andrómeda".


lunes, 18 de agosto de 2014

Semana del 19 al 23 de Agosto

Muerte de Robin Williams

Murió el actor Robin Williams

Según la policía la causa del deceso sería "un suicidio por asfixia".
Por: Información de agencias


Murió el actor Robin Williams
Foto: AFP
Robin Williams.
El actor estadounidense Robin Williams, conocido por sus papeles en el "La sociedad de los poetas muertos" y "Mrs Doubtfire", entre muchas otras películas, murió en su domicilio y se habría suicidado, indicó la policía el lunes. (Leer Robin Williams se ahorcó con un cinturón).
En un comunicado, la policía del condado de Marin, en California (Estados Unidos), explicó que un "sujeto hombre fue declarado muerto a las 12H02, identificado comoRobin McLaurin Williams, 63 años, residente e de Tiburon, en California" y que la presunta causa del deceso sería "un suicidio por asfixia".
El intérprete estaba inconsciente y no respiraba cuando fue encontrado en su casa de la localidad de Tiburón, muy cerca de San Francisco, por los equipos de emergencia que se trasladaron hasta allí en torno al mediodía de hoy (19.00 GMT), tras recibir una llamada de socorro.
Los médicos confirmaron la muerte de Robin McLaurin Williams, de 63 años, poco después de llegar (12.02 hora local, 19.02 GMT) y las autoridades abrieron unainvestigación para esclarecer las causas de su repentino fallecimiento.
Los primeros indicios apuntan a que el célebre protagonista de cintas como "Good Morning, Vietnam" y "Jumanji" se suicidó asfixiándose.
La última vez que se vio al actor con vida fue en su casa este domingo en torno a las 22.00 horas (05.00 GMT del lunes).
Su cadáver será examinado el martes por el forense, quien también encargará laspertinentes pruebas toxicológicas, según confirmó la oficina del alguacil.
En julio pasado Williams fue internado en un centro de rehabilitación. El representante del artista dijo entonces al portal TMZ.com que el actor optó esta vez por recurrir a ayuda profesional nuevamente como medida de precaución, pero no habló de recaída, ya que tenía un largo historial de abuso de cocaína y alcohol que comenzó a principio de la década de 1980.
"Después de trabajar sin descanso en varios proyectos, Robin simplemente se está tomando la oportunidad de centrarse en su compromiso continuado del que está extremadamente orgulloso", relató su portavoz.
Aunque se mantuvo a raya su adicción durante dos décadas, el ganador de un Óscarpor "Good Will Hunting" (1997) recayó en 2006 y fue internado en un centro de rehabilitación. (Ver: las películas más reconocidas de Robin Williams) 
Este año Robin Williams pasó varias semanas en el Hazelden Addiction Treatment Center de Lindstrom, en Minnesota.

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lunes, 11 de agosto de 2014

Semana del 11 al 15 de Agosto

La polémica del enorme cristo de Santander

POLÉMICA En Santander la Gobernación construye un polémico megaparque religioso que promete convertirse en el epicentro turístico de la región.

La polémica del enorme cristo de Santander.

En el municipio de Floridablanca, la Gobernación construye el Ecoparque del Santísimo, un colosal proyecto turístico cuya atracción principal es un Cristo de 33 metros de altura, con ascensores para subir a la cúspide, hotel, zoológico, alameda y un teleférico de 1,3 kilómetros.

Este proy
ecto se sumaría al abanico de ofertas turísticas que ya existen en esa región y que gracias a su riqueza colonial, sus aventuras extremas y sus joyas paisajísticas, han convertido el turismo en la gran apuesta de Santander en el largo plazo. Carlos Fernando Sánchez, director de la Corporación Parque Nacional del Chicamocha (Panachi), responsable de la obra, dijo que “tenemos un plan estratégico con tres ejes: Panachi, Hidrosogamoso y el cerro del Santísimo, que será un ícono mundial. Calculamos que en diez años el departamento acogerá 2 millones de visitantes anuales que le generarán 1,8 billones de pesos a la cadena productiva”.

Pero no todos están felices. La obra fue demandada por no respetar la separación entre Iglesia y Estado, pero en sus alegatos los abogados de la Gobernación argumentaron que “Santísimo”, más que un vocablo religioso, es una contracción de “Sant” por Santander y del superlativo “ismo”. Así, el fervoroso vocablo significaría en realidad “gran Santander”. Y la gigantesca figura de un hombre joven, barbado y envuelto en una túnica no es la del Mesías, sino una “figura etérea, única y de igual manera universal para todos los credos y pensamientos” que incluye “iconografía cristiana, budista, hinduista, pagana, egipcia, prehispánica”.

En Floridablanca el personero y varios concejales consideran que no se tramitaron las licencias ambientales de manera regular pues el Santísimo colinda con el parque natural La Judía, un refugio para osos de anteojos y aves migratorias donde hay ríos que alimentan varios acueductos. Cecilia Reyes de León, presidenta de la Fundación Participar que milita por la transparencia pública, advirtió por su parte que la licencia de construcción no se ajusta al plan de ordenamiento territorial y que “no se respetan las rondas de los ríos”.

Quienes demandaron al Ecoparque también cuestionan el financiamiento del proyecto. La Gobernación gastó 45.000 millones de pesos, 12.000 millones de regalías y el resto de fondos públicos. Pero el que construye y gestionará el monumento es Panachi, una corporación sin ánimo de lucro que reinvierte los beneficios y no le genera utilidades directas al departamento.

En un debate de control político a Panachi en la Asamblea de Santander, diputados como Henry Hernández del Partido Liberal dijeron que “consideramos que si el gobierno departamental hace inversiones en proyectos que generan una rentabilidad lo menos es que esas inversiones les generen a los santandereanos una utilidad”.

Sánchez, el director de Panachi, dijo que “la Procuraduría investigó las denuncias, y su concepto es que cumplimos con el ciento por ciento de los trámites y no ponemos en riesgo las cuencas y la fauna del cerro”. También defendió un modelo financiero que permite tener “una entidad autosostenible, que ha permitido la reinversión de 22.000 millones de pesos en muchos proyectos nuevos. Y es que con el turismo siempre hay que estar renovando, si no la gente no vuelve. Se necesitan nuevas atracciones, nuevos servicios, crecer cada días más”.

Para finales de 2014 el Santísimo ya debería estar de pie. Hace diez días empezaron a ensamblar las enormes piezas que esculpió Juan José Cobos. Solo faltaría mover la titánica cabeza del Cristo, que pesa cinco toneladas y mide cinco metros, y no descartan llevarla como en la película italiana la Dolce Vita en helicóptero. Una imagen digna de una película de Federico Fellini en un rincón de Santander.

La idea es muy ambiciosa y parece seguir el mismo camino que el Parque Nacional del Chicamocha que hoy es un éxito turístico e ícono del departamento pero que en su momento levantó mucha controversia.

lunes, 21 de julio de 2014

Semana del 21 al 24 de julio

HABLAR DE SEXO EN COLOMBIA

Hablar de sexo en Colombia

Once derechos, una realidad

Historias de vida y testimonios de expertos que reflejan el tabú, la defensa y la desprotección de los derechos sexuales en el país.

Debes dar click en el enlace para abrir el enlace.

martes, 15 de julio de 2014

Semana del 14 al 18 de julio

TRES GOLAZOS DEL GOBIERNO DURANTE EL MUNDIAL

Después de la embriaguez viene el guayabo, el dolor de cabeza, los bolsillos vacios, los nervios irritados. Parece que los colombianos ya estamos acostumbrados a esos despertares amargos, que ya forman parte de eso que llamamos nuestra “colombianidad”. No es por amargar la fiesta, o tal vez sí, pero mientras disfrutábamos de los goles de James, otros nos cogieron fuera de lugar.
El 18 de Junio, mientras Chile derrotaba a una España que decepcionó, el Senado también le anotaba un golazo a los trabajadores colombianos, hundiendo el proyecto de ley que buscaba revivir las horas extras. Este proyecto había sido radicado por los senadores del Polo Alexander López y Wilson Arias en el 2012, y desde entonces andaba por ahí, embolatado entre debates y olvidos. El 10 de junio, en pleno debate electoral, el candidato presidente Santos prometió revivir las horas extras*, mientras los sindicatos expresaban su apoyo a la reelección; pero el ya elegido presidente Santos y su bancada hundieron sin asco el proyecto presentado por el Polo. Díganme si no es un golazo.
El lunes festivo 30 de junio, mientras las únicas selecciones africanas que quedaban, Nigeria y Argelia, eran eliminadas por Francia y Alemania, el ministro de minas Amílkar Acosta anunciaba el aumento del precio de la gasolina en $153 el galón, el alza más alta registrada en los últimos tres años. Y ya todos sabemos que el alza de los combustibles implica un alza inmediata en la canasta familiar. Según los economistas, el alza es mundial y se debe a la situación de inestabilidad que se vive en Irak. Y es que, por si no se han dado cuenta, el caos en que está hundido este país ha provocado más de 500.000 personas desplazadas, muchos de ellos niños *, en lo que va corrido del mundial de futbol. Parece que, como en el mundial, los países productores de petróleo como Nigeria y Argelia, siempre llevamos las de perder frente a los países consumidores, como Francia y Alemania.
Y hablando de Irak, el autor intelectual de muchas de las masacres que se han producido en este país en los últimos años, el señor Tony Blair, quien como primer ministro británico apoyo todas las guerras del señor Bush, estuvo visitándonos por aquí, junto con otros expresidentes como Clinton, Henrique Cardozo de Brasil, Ricardo Lagos de Chile y Felipe Gonzales de España, todos fieles exponentes de las políticas neoliberales. Y estaban aquí reviviendo un cadáver, el cadáver de la Tercera Vía, engendro ideológico que fracaso estruendosamente en Europa y que Santos quiere resucitar en nuestro país. Y no hubo ni una columna periodística, ni una marcha, ninguna señal de protesta contra estos señores. Todos teníamos los ojos puestos en otro lado.
Gobierno 3, pueblo 0. Y los colombianos seguimos viviendo de lo que hubiera podido ser, seguimos echándole la culpa a otros de nuestros fracasos, seguimos matándonos en celebraciones eufóricas de triunfos efímeros, mientras a nuestras espaldas la realidad nos coge fuera de lugar.
*http://www.elespectador.com/noticias/politica/santos-promete-revivir-horas-extras-trabajadores-articulo-497462
*http://www.unicef.es/infancia/emergencias-ayuda-humanitaria/irak-la-crisis-provoca-un-gran-desplazamiento-de-ninos
JUAN K

lunes, 16 de junio de 2014

Semana el 16 al 20 de Junio

Un triunfo que no sabe a gloria

Por María Jimena DuzánVer más artículos de este autor 

OPINIÓNEl presidente Juan Manuel Santos debería leer con prudencia el resultado obtenido en las urnas porque su victoria no nos sabe a gloria. Un análisis de María Jimena Duzán sobre los comicios de este domingo.

Un triunfo que no sabe a gloria. Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga

Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga

Foto: Archivo Particular

El presidente Juan Manuel Santos debería leer con prudencia el resultado obtenido en las urnas porque su victoria no nos sabe a gloria. Para comenzar, su triunfo no se lo debió a su capacidad de hacernos soñar con un país en paz, sino al temor q
ue suscitó entre la centro-izquierda la posibilidad de que el expresidente Uribe pudiera volver al poder. Que no se equivoque el presidente: en las elecciones no triunfó la esperanza como dijo en su discurso inaugural, ganó el antiuribismo. Y una victoria en condiciones tan precarias debería prender las alarmas internas del presidente y  hacerlo reaccionar en torno a sus limitaciones y a sus errores. 

Por eso esta no puede ser la hora de magnificar la victoria sino el momento de detectar los errores que se cometieron porque fueron muchos y muy grandes. El primero de ellos fue creer que la Unidad Nacional representaba algo distinto a la arrogancia de las élites tradicionales. Y en ese sentido, lo primero que tendría que hacer Santos es recomponer sus bases políticas con el propósito de reconectarse con el país. Un gobernante que no se conecta con la gente, no puede hacer la paz por más de que se logre poner fin al conflicto en La Habana. 

Santos debería aprender eso de su adversario Uribe, quien a pesar de su cinismo, tiene una habilidad impresionante para conectarse con la gente. Y si el presidente quiere ser un gobernante medianamente popular, debe hacer varios cambios drásticos en su forma de hacer y concebir la política. Un buen comienzo sería el de aceptar de una vez por todas que su querida y favorecida unidad nacional no solo no le puso un voto, así ahora saque pecho dando el parte de victoria, sino que tampoco se sintonizó con el país. Ni los Gaviria, ni los samperes, ni los galanes, ni los Vargas lleras, ni los parody, ni los hijos de, ni los ñoños ni sus musas, fueron capaces de deponer sus interéses personales ante el interés supremo de la paz. Pudieron más las peleas internas entre todos ellos y las ambiciones personalistas que las ganas de aportar a la construcción de ese nuevo país.

 Nos impusieron su arrogancia, su miopía y su mezquindad y fueron los votantes de centro izquierda, -liderados por figuras como Mockus y Clara Lopez, que si supieron sobreponer sus intereses al bien supremo de la paz, los que salieron a lanzarle a Santos un salvavidas para que no se ahogara. 

Es claro que el país no se ve representado en esa clase política tradicional que mira a Colombia desde los clubes de Anapoima. Y si Santos no lee bien este momento e  insiste en perpetuarla no va a poder pasar a la historia como el presidente de la paz. En consecuencia, debería cambiar todo su gabinete y reemplazarlo por gente de carne y hueso, que les duela este país y esté dispuesta a jugársela por sacar adelante las reformas sociales que saldrían si se firma el fin del conflicto con las Farc. En otras palabras, Santos va a tener que abrirle el paso a lo que muchos en la unidad denominan despectivamente como “la ralea” y aceptar que esa gentuza de centro-izquierda está más conectada con la necesidad de la gente que los hijos de Gaviria, de serpa o de Galán. 

La otra lección es que tiene que recuperar su liderazgo sobre las fuerzas militares, que perdió en esta campaña. Hasta su ministro estrella, Juan Carlos Pinzón, terminó en la orilla contraria,  dándole voz a los militares retirados y a los activos que no solo se opusieron al proceso de paz sino que lo torpedearon en alianza con el expresidente Uribe alrededor del cual muchos generales y coroneles activos cerraron filas públicamente en un hecho sin precedentes desde los tiempos de La Violencia. Sin los militares la paz tampoco será posible y Santos va a tener que liderar con inteligencia y mesura su reconquista.  

Finalmente, Santos debería ser generoso con sus adversarios y hacer un gesto de reconciliación con el uribismo o por lo menos con sectores representativos. La polarización con que terminó esta campaña no sirve para impulsar ningún clima de reconciliación ni de paz y tender puentes con ellos debería ser uno de sus primeros actos de gobierno. No puede ser que vayamos a firmar la paz con las Farc y no seamos capaces de hacerlo con los uribistas. El país no quiere más guerra ni más pugnacidad. Es momento de deponer los ánimos y volver a la sensatez porque irremediablemente nos a tocar construir la paz con los uribistas. 

Dice Michael Ignatieff, que los pueblos democráticos deberían buscar siempre a gobernantes que tuvieran no solo audacia y visión, sino la voluntad de arriesgarse al fracaso. Yo creo que Santos ha sido un presidente audaz al abrir un proceso de paz en medio de una virulenta oposición por parte del Uribismo. Ha sido también un presidente con visión histórica al plantear el fin del conflicto como un comienzo para edificar una democracia más incluyente y más real, así no haya sido muy hábil en comunicar estas ideas. 

Sin embargo Santos le teme arriesgarse al fracaso. No se ha jugado como debiera por sus ideas y su pelea la ha hecho a medias. 

Creo que este gobierno ya no puede gobernar con ese paso temeroso y que le llegó la hora de jugarse a fondo por la paz y asumir que está dispuesto incluso al fracaso por llevarla a buen puerto. 

Las democracias fracasan cuando no solucionan los problemas de la sociedad. Y el gran problema de la democracia colombiana es que ha sido incapaz de solucionar la violencia en estos últimos 60 años. Y cuando eso sucede, surgen de entre las piedras, los movimientos populistas que se las ingenien para ofrecen falsas promesas a los problemas reales.  Y ese monstruo del populismo no ha sido derrotado en Colombia, así hoy Santos haya ganado las elecciones. 

domingo, 1 de junio de 2014

Semana del 2 al 6 de Junio

Nuestra Extraña Época

Nuestra extraña época

William Ospina
BORGES DECÍA QUE LA DEMOCRAcia, tal como hoy la entendemos, es “ese curioso abuso de la estadística”.
Por: William Ospina
La estadística, que sin duda es un instrumento valioso para entender ciertos fenómenos, se ha vuelto en nuestra época la piedra filosofal. Antes todo querían convertirlo en oro, ahora todo lo convierten en cifras. Todos los días nos llevan y nos traen con cifras que nos producen la ilusión de que todo es medible, de que todo es contable, y a veces perdemos la visión de la complejidad de los hechos gracias a la ilusión de que entendemos el mundo sólo porque conocemos sus porcentajes.
Cifras llenas de importancia que, por lo demás, cambian de día en día. Los gobernantes suben y bajan en popularidad como en una montaña rusa al empuje de los acontecimientos, y están aprendiendo que a punta de escándalos, de riesgos y alarmas, es posible mantener el interés y hasta la aprobación de la comunidad.
Nadie parece preguntarse si detrás de esas cifras hay hechos profundos y datos verdaderos, si detrás de esas alarmas cotidianas hay cambios reales, si detrás de esos éxitos atronadores hay verdaderas transformaciones históricas.
Roma creyó que era posible gobernar con pan y circo. El mundo contemporáneo le está demostrando que en esa fórmula sobraba el pan. Vivimos en la edad del espectáculo, en la edad de la satisfacción inmediata, ya quieren que nadie se pregunte de dónde viene ni para dónde va sino sólo cuál es el próximo movimiento, cuál es el último acontecimiento. Las modas han reemplazado a las costumbres, las noticias a las tradiciones, los fanatismos a las religiones, la farándula a la política.
Paul Valery decía que llamamos civilización a un proceso cultural por el cual la humanidad tiende a ponerse de acuerdo sobre valores cada vez más abstractos. Y es verdad que allí donde las sociedades primitivas luchan por la tierra, por el oro, por la acumulación personal, las sociedades organizadas luchan por la libertad, por la justicia, por la igualdad de oportunidades, por la dignidad, por la legalidad.
En una sociedad primitiva, si la ley es un estorbo para alcanzar un fruto concreto, se viola la ley con arrogancia y con descaro. Ello permite logros inmediatos pero vulnera ampliamente el pacto social, deja a algunos protagonistas más fuertes pero a la comunidad inevitablemente más débil.
Hay una conspiración en el mundo contra la lucidez, contra la lentitud, contra las serenas maduraciones, contra los ritmos naturales, contra el esfuerzo, contra la responsabilidad. La inteligencia, por ejemplo, es estorbosa a la hora de lograr la unanimidad: es mucho mejor la disciplina y la sumisión.
Las cosas profundas maduran lentamente, pero ahora se quiere que todo sea útil enseguida, no viajar sino llegar, no aprender sino saber, no estudiar sino graduarse, y terminamos creyendo que vale más el resultado que el proceso. Si las semillas tardan en retoñar, piensan que hay que intervenir los procesos para que las semillas revienten antes, para que la planta brote más pronto, para que la tierra extreme su trabajo y las cosechas se multipliquen.

La tradición nos enseñó que todo logro requería un esfuerzo, esta sociedad nos soborna con la ilusión de metas sin caminos, de felicidades sin méritos, de placeres sin contradicciones, de paraísos sin serpiente. Quieren hacernos creer que es posible vivir en un mundo donde nuestros actos no tengan implicaciones morales ni consecuencias prácticas, una felicidad sin esfuerzo y sin responsabilidad, un orden de la realidad puramente lúdico donde nada tiene graves consecuencias.
La gran seducción de las pantallas de nuestro tiempo nace tal vez de que en ellas todo pasa y nada permanece, de que allí todo lo vemos y nada parece comprometer nuestra responsabilidad. La función seguiría aunque no estemos allí para verla, no estamos personalmente implicados en ella. Los noticieros traen datos alarmantes, crímenes, guerras, accidentes, pero enseguida nos dan el postre frívolo que facilite la digestión: aunque acaben de morir cien mil personas por un sismo en la China el juego en el estadio sigue invariable, por la pasarela fluye el desfile sin interferencia… nada ha pasado. Y es que en la pantalla todo equivale a todo, no hay escala de valores, orden de prioridades, un bombardeo es igual a un chisme de farándula, un acto de gobierno es casi lo mismo que la voltereta de un funámbulo.
Como en los dibujos animados, como en los juegos electrónicos, como en los cuentos de hadas, nadie muere realmente, nadie se equivoca, nadie fracasa. La realidad virtual es la única, mientras todo ocurra en la pantalla nada es verdaderamente conmovedor, ni aterrador, ni fatal.
Basta pulsar el control remoto y un juego de tenis reemplaza los campos de muerte, un conejo animado sustituye los crímenes, una Venus de Yves Saint Laurent borra los rehenes que languidecían en sus selvas. Por eso no es extraño que la pantalla guste más que la vida: en la vida hay problemas reales, dificultades que exigen decisiones, dramas sociales que reclaman criterio, espíritu crítico, esfuerzo y responsabilidad.
¿Podrá llegar a alguna parte una sociedad que cada vez más busca sólo el pacto lúdico del placer inmediato, el terror virtual de las inmolaciones sin consecuencias, la adrenalina de las catástrofes interrumpidas por la pausa publicitaria? No es de extrañar que el único criterio que sobreviva sea la tenue capacidad de decidir entre marcas, entre fanatismos, entre colores, entre ornamentos.
No es de extrañar que escojamos a los gobernantes por la fotografía, las profesiones por su virtual éxito económico, las amistades por la ropa que usan, las ideas por cuán fácil sea obedecerlas y aplaudirlas. Y que no le queden a una juventud desorientada, enfrentada de repente a los dramas verdaderos de la vida verdadera, más opciones que la desesperación, la impaciencia, la neurosis, las evasiones narcóticas, el consumo compulsivo, el aullido y la nada.

lunes, 19 de mayo de 2014

Semana del 19 al 23 de mayo

La narcocultura del matoneo en la política

María Elvira Bonilla
No hay niveles de sintonía más seguros que los logrados por las telenovelas de mafiosos, donde se banaliza la maldad y se exalta el comportamiento de atarvanes y matones.
Por: María Elvira Bonilla
El resultado no es accidental. Son historias exitosas porque están sintonizadas, expresan e interpretan características del alma colombiana, resultado de más de treinta de años de convivencia con una realidad trágica y asesina que invadió la vida nacional y la sensibilidad colectiva, por no decir los valores y la cultura, que se ha ido transformando en narcocultura.
Una generación entera de colombianos creció con ese destructivo mundo como espejo, sin poder establecer una distancia ni un juicio, con protagonistas perversos que para muchos son verdaderos héroes con el poder del dinero para comprar o destruir a su capricho. En un mundo donde no hay diferencia entre lo bueno y lo malo, donde todo tiene un precio y reina el “todo vale”, en el que imperan la traición, la venganza y la gama completa de los comportamientos ruines, propios de una condición humana degradada despojada de todo valor.
Y en el querer ciudadano, a la hora de escoger representación política, que se expresa en las encuestas, el comportamiento es similar al de los televidentes. Puntos que se traducen en votos. De allí la eficacia de dirigentes a quienes, como a Álvaro Uribe Vélez, el matoneo les sale de adentro, espontáneamente, para quienes las reacciones altaneras, los ataques personales y la grosería son armas eficaces para destruir al otro y las aplican “sin medida ni clemencia”.
El expresidente, ahora senador, es quien mejor encarna esa cultura que al calor de la violencia y la ilegalidad se adueñó del país. Uribe, con su desparpajo y altanería, cuando no franca alevosía, copa la atención de los medios de comunicación y les imprime el tono a la política y la campaña electoral. La percepción que la gente tiene de él es que da la cara, que frentea, el verdadero guapo de la película. Un papel con el que rivaliza Germán Vargas Lleras cuando, por ejemplo, fuera de sí, a los gritos, califica a sus contradictores de gamines.
Pero la cosa, el contagio de la política, no termina ahí, pues la práctica, especialmente en período electoral, se generaliza, plagada de vicios y reflejos típicamente mafiosos. Campañas costosísimas ahogadas en la plata, sin importar su procedencia, con la cual y en completa desvergüenza se compran los votos, bajo el disfraz de acuerdos locales y de alianzas y acuerdos oportunistas entre rivales de la víspera bajo el falso “principio” de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo.
Caímos en una política que no se construye en el debate público franco pero respetuoso, que marca afinidades y diferencias para que el elector, libre e informado, pueda decidir, sino en reuniones clandestinas, a puerta cerrada para maquinar golpes bajos al contrincante que emplean las dos campañas líderes, tanto la de Santos como la de Zuluaga, profundizando una polarización perversa. Campañas que manipulan y hacen trampas atrapadas en la lógica de que el fin justifica los medios con el propósito único de lograr eficacia en los resultados. La narcocultura se tomó el alma colombiana y la política no es más que su reflejo, y de ahí su asqueroso deterioro.

domingo, 11 de mayo de 2014

Semana del 12 al 16 de mayo

Estética del mal: la banalización de un crimen


A la brutalidad de los ataques con ácido se añade algo siniestro que se asoma bajo el mote de “cultura alternativa” y encuentra eco en los medios de comunicación masiva. Crónica crítica de un incidente perturbador y sin embargo poco analizado.

Hacer una película
Hace un par de semanas el portal Cartel Urbano publicó un relato llamado “El Jonathan Vega que conocí”, escrito por Juan Sebastián Lozano, alguien que compartió algunas andanzas con Vega, el autor del ataque con ácido contra Natalia Ponce que ha causado especial indignación entre los colombianos en los últimos días.
Ya desde su primera lectura me parecía ver en el relato de Lozano una suerte de impostura, algo no tan fácil de precisar. Tras unas reflexiones, me ha parecido que se trata de un relato genuino, pero tiende a hacer del crimen una película, de una manera irresponsable con la propia víctima.
En el relato, Lozano describe sus andanzas con Vega como las propias de unos verdaderosdecadents decimonónicos atrapados en la burguesa "sociedad del espectáculo", de la cual se han refugiado en un mundo de heroica soledad. Allí hay prostitutas, inconformidad, tedio, autores bajo el brazo, lectura en voz alta de fragmentos de Nietzsche y películas sobre personajes outsiders o marginales.
Referentes todos que pueden entenderse en clave de actualización de la atmósfera del decadentismo francés en un contexto muy preciso. Para paliar su marginalidad, Lozano aconseja a Vega que haga arte: "yo le insistía a Jonathan en que las personas inteligentes descargaban su rabia hacia la sociedad que criticaban a través de la expresión artística".

Lozano quiere mostrar simplemente que quien perpetró el crimen contra Ponce era una persona de comportamiento extraño, con inquietudes intelectuales.
Entonces, volviendo al hecho que motiva su relato, Lozano adelanta una hipótesis nada ingenua sobre el crimen: “Todo parece indicar que para Jonathan la posibilidad de convertir en arte o en reflexión su descontento social no fue suficiente y cruzó el límite hacia lo real, atacó lo que odiaba de la sociedad: la belleza autocomplaciente, la vida burguesa aparentemente feliz, la sociabilidad. ¿Acaso Natalia Ponce representaba lo que él odia y a la vez desea? ¿Al no poder acceder a ella quiso dañarla?".
Este es el fragmento que me pareció más llamativo del texto. En él se presenta un giro casi imperceptible, pero significativo. Lozano quiere mostrar simplemente que quien perpetró el crimen contra Ponce era una persona de comportamiento extraño, con inquietudes intelectuales.
Sin embargo, creo que el texto de Lozano hace algo más: abre las puertas para que Vega, en su responsabilidad o en su esquizofrenia, sea convertido en un miembro de una cultura superior cuyo crimen no fue una canallada, sino la puesta en escena de una estética del mal.
La hipótesis de Lozano permite pensar que hay un contenido intelectual como base del crimen; una marginalidad heroica nutrida por búsquedas artísticas con la que igual se hubiese hecho una obra de arte o una acción fuera de lo normal.
Por ello la expresión con que Lozano caracteriza el propósito de Vega resulta inquietante: “cruzó el límite hacia lo real”. La expresión habla de ir más allá de unas cavilaciones de descontento social para pasar a una acción que contradice radicalmente las normas éticas más elementales, y que entra al terreno de lo anormal y lo extraño.
En esta perspectiva no vemos a Vega arrojar con brutalidad ácido en el rostro de Natalia Ponce, sino una crítica social tramada irónicamente por una suerte de genio maligno que ha escogido a Vega justamente por sus especiales inquietudes frente a la crisis de valores.
Ese “cruzar el límite” hace que la acción criminal de Vega tenga una semejanza con la creación artística, porque la dota con la cualidad de lo asombroso que produce lo anormal o lo extraño. Recordemos que el principio de la estética moderna consistió precisamente en calificar el gusto estético como el placer que suscita un “no se sabe qué”.

La teórica política alemana Hannah Arendt.
Foto: Wikimedia Commons
“Canalla” en lugar de “monstruo”
Una palabra más precisa para mostrar lo que puede llamarse “estetización del crimen” en el relato de Lozano es lo “monstruoso”. Lozano mismo dispone los elementos de su relato en este sentido cuando dice que “quizá como una suerte de anticipación inconsciente al atroz crimen que cometería, la última película que vimos fueBronson, de Nicholas Winding-Refn”.
En ella, el protagonista "se convirtió en el preso más peligroso de Inglaterra, un tipo con inquietudes artísticas no estimuladas a quien el sistema carcelario transforma en alguien cada vez más monstruoso. Es una crítica a la sociedad del espectáculo actual, que idealiza cualquier tipo de fama".
Aquí se concentra la idea de que en el ataque a Natalia Ponce hay una base intelectual de fondo y que el ataque mismo resulta una inquietante puesta en escena del mal que, siempre y cuando seamos capaces de verla con los ojos de espectador avezado de una obra de arte, puede entregarnos una interesante crítica social.
Esta es la parte en la que, pienso, Lozano deja el campo abierto para dejar de considerar el crimen moralmente ante su elaboración estética. Fácilmente lo monstruoso puede definirse aquí como el sentimiento de terror que produce un placer intelectual ante el asombro producido por “lo extraño”.
Por estar pensando en la película, el crimen puede hacerse interesante solo en tanto despierte una crítica social que puede tener como único contenido las conversaciones entre Lozano y Vega, esto es: tedio, soledad, incomprensión, citas de autores y, en síntesis, hablar sobre su situación existencial con un discurso altisonante. En último término: utilizar el crimen como ocasión para seguir hablando de uno mismo y con total  indiferencia ante el dolor de la víctima.
En la elaboración de lo monstruoso hay el concurso de la manera como los medios periodísticos han cubierto el caso.
Ese “cruzar el límite” califica como artística la acción criminal de Vega.
No me parece adecuada la expresión con la que los medios han extendido el nombre de criminal de Jonathan Vega: “el monstruo de Batán”. Con expresiones tales la sociedad pretende ejercer una especie de condena nominal sobre la persona del inculpado, como seña de su vileza. Sin embargo, tales expresiones tienden a magnificar al criminal hasta envestir su persona con el aura de lo sobrenatural.
Parafraseando al filósofo italiano Giorgio Agamben: lo que se debe pensar aquí no es en el hombre más allá del bien y del mal, el superhombre de Nietzsche, sino en el hombre que está más acá: el “infrahombre”.
Me parece una palabra más adecuada que la expresión “monstruo de Batán”, sería endilgarle al criminal el epíteto de “canalla” que la RAE define como una “persona despreciable y de malos procederes”, toda vez que funciona como un “polo a tierra”.
Al hablar de un desprecio hacia una persona en términos de una reacción moral ante lo bajo y ruin, se da cuenta de un sentimiento capaz de captar el sufrimiento de una víctima en medio de una situación que permanezca extraña e incomprensible.
No se trata del desprecio hacia el criminal como antídoto eficaz contra la estetización, sino como signo de un principio moral para el cual puede ser concordante, por ejemplo, la obligación de comprender y ayudar a quien padece esquizofrenia.
Si es necesario dar una hipótesis alternativa a la de Lozano sobre el crimen –que yo tal vez me he tomado más en serio que él mismo-, la resumo en la expresión de Hannah Arendt: banalidad del mal.
El mal es banal cuando los motivos que dan lugar a cualquier forma de aniquilación del otro no están enraizados en profundas convicciones ni en grandes pasiones, sino cuando esta no tiene más razón que la falta de pensamiento y la incapacidad de juzgar.
Y, claro está, como mostró Arendt en el caso del nazi Adolf Eichman, el mal se banaliza cuando la acción criminal es planeada con absoluta indiferencia frente a sus resultados, tal como se realiza la más cotidiana de las tareas.

Afiche de la película Bronson (2008), de
Nicholas Winding Refn.
Foto: Wikimedia Commons
Arte y moral
Si he hecho las reflexiones anteriores es porque el mundo estético tiene la facultad de despertarnos de esta indiferencia.
Sobre este último punto, quisiera terminar con una consideración más amplia sobre la relación entre arte y moral. Tengo para mí que el arte es el lugar donde puede ejercerse la crítica más radical de ciertas lógicas que prevalecen en la sociedad.
Más allá del conocimiento meramente científico, como puede serlo la valoración médica sobre la esquizofrenia de Vega, el arte aportaría una interpretación acerca de problemas últimos, como la responsabilidad, sobre los cuales un dictamen médico sería limitado.
Así que reformulo la afirmación de Lozano sobre el caso Vega: lo que cabe nombrar aquí no es el Bronson de Nicholas Winding-Refn, sino algo como M, el vampiro de Düsseldorf (1931) de Fritz Lang, inspirada en el caso real del asesino en serie de niños, Peter Kürten.
En Bronson veo más bien la historia de un individuo que ha naturalizado el sistema penitenciario como su propia forma de vida, en medio de una crítica a la deshumanización lograda en forma de comedia. No veo la relación con el caso de Vega ni menos con el ataque de ácido a Natalia Ponce.
Tales expresiones tienden a magnificar la persona del criminal hasta convertirlo en un ser que raya con lo sobrenatural. 
Encuentro más adecuada la película de Lang para pensar la contradicción entre la ley encargada de juzgar al criminal con criterios de neutralidad y el deseo de una multitud (en este caso el hampa organizada) clamando venganza desde un sentimiento de repudio.
Este sentimiento resulta dudoso, ya que los encargados de juzgar son los mismos criminales; pero a la vez no deja de causar empatía en el observador neutral de la película, quien ve una suerte de justicia directa.
Por otra parte, en el monólogo final del asesino, acosado por una crisis psicótica, lo anormal se presenta con una cercanía tal que no da lugar a mistificación alguna del personaje. Y esto no es motivo para que no nos provoque preguntas, como la responsabilidad que cabe a quien tan claramente expresa su tener que matar sin poder responder al mismo tiempo a los reproches de los espectadores del “juicio”.

* Egresado de Literatura de la Universidad Nacional y Maestría de Filosofía en la Universidad de Los Andes.